1980 original y reformada
Sabemos que la Constitución de 1980 tiene su marca de origen: fue y, seguramente, seguirá siendo ‘la Constitución de Pinochet’, incluso después de su reemplazo por la nueva Constitución. Sin embargo, también sabemos que la Constitución de 1980 ha sido reformada en varias oportunidades, desde el retorno de la democracia hasta hoy.
Una comparación doctrinaria podría arrojarnos profundas diferencias entre la versión original y la versión reformada. La pregunta es qué nos puede mostrar una comparación visual simple entre ambas versiones de la Constitución mediante la técnica de bigrams (términos que aparecen en conjunto en un corpus textual).
Grafo 1. La Constitución de 1980 original (16 co-ocurrencias)
Fuente. Elaboración propia.
Lo primero que llama la atención es la evidente centralidad del concepto “presidente [de la] república”, propio de nuestra tradición presidencialista. Pero más allá de ello, en la Constitución original de 1980 aparecen términos de uso común en el lenguaje político de aquella década, como “junta [de] gobierno”, “fuerzas armadas”, “ley orgánica constitucional”, “consejo [de] seguridad nacional”. Y también se observan otras instituciones de la república propias de un orden democrático, como “corte suprema”, “tribunal constitucional”, “tribunal calificador [de elecciones]” y “cámara [de] diputados [y] senadores”.
Grafo 2. La Constitución de 1980 reformada (16 co-ocurrencias)
Fuente. Elaboración propia.
En el Grafo 2, observamos la Constitución de 1980 reformada. Con el mismo nivel de co-ocurrencias (16), una primera diferencia es la mayor densidad conceptual del texto constitucional. “Presidente [de la] república” continúa siendo el nodo central. Pero desaparecen, por ejemplo, “fuerzas armadas”, “junta [de] gobierno” y “consejo [de] seguridad nacional” (aun cuando el concepto de “seguridad nacional” se mantiene, como también lo hace la referencia a la idea de “ley orgánica constitucional”). Igualmente, la mención a instituciones del sistema democrático como la Corte Suprema, el Tricel y la Cámara de Diputados y Senadores, continúan presentes. Y surgen nuevas como el Servel (“servicio electoral”). Lo más relevante del cambio, sin embargo, está en las referencias a la Convención Constitucional y los “convencionales constituyentes”. Este tema se posiciona en segundo lugar de relevancia después de “presidente [de la] república”.
Las constituciones cambian en su ejercicio como producto de la práctica política. La Constitución de 1980 no ha sido la excepción. La importancia que adquiere el tema de las elecciones democráticas en la versión reformada (Grafo 2) por sobre conceptos que refieren a su origen autoritario, sintetiza justamente el efecto de la práctica política democrática de los últimos 30 años. Por otro lado, la alta relevancia de la Convención Constitucional en el texto constitucional reformado de 1980, nos hace ver que la Convención no es un poder originario, sino uno derivado, autorizado y legitimado por la Constitución vigente de 1980, en su versión reformada por supuesto.
