1. Introducción
El viernes 18 de marzo, con la votación del informe de la comisión de Sistema Político, culminó una primera ronda de presentación de normas para la nueva Constitución por parte de las comisiones permanentes. Es, por tanto, un momento adecuado para observar la forma política que adquiere la Convención, considerando tanto su etapa reglamentaria como la sustantiva, iniciada esta última el 15 de febrero de 2022.
Mediante la aplicación del algoritmo nominate, que distribuye a las y los convencionales según su comportamiento en votaciones, en esta Nota de Investigación observamos el posicionamiento de los miembros de la Convención Constitucional en el pleno hasta la conclusión de esta primera ronda. Realizamos este ejercicio con el fin de mostrar sus cercanías y distancias, la cohesión o segregación de sus colectivos y la tensión que se produce entre ellos en relación a la conducción del pleno.
Para desarrollar estos elementos, iniciamos con una breve explicación del funcionamiento del algoritmo nominate y sus rendimientos, para luego mostrar los resultados de su aplicación a las votaciones en el pleno de la Convención Constitucional considerando su funcionamiento completo. Finalmente, derivamos de ello algunas conclusiones.
2. Nominate
El algoritmo nominate se desarrolló originalmente en el análisis de las votaciones del congreso americano (Poole y Rosenthal 1985), y desde ahí ha sido regularmente discutido y aplicado en múltiples contextos políticos (e.g., Rosenthal 1992; Hix 2002; Clinton y Jackman 2009; Bensel 2016; Ruz, Henríquez y Mascareño 2022). Al ser una técnica de escalamiento multidimensional, su objetivo fundamental es transferir datos de alta dimensión (distintas votaciones) a un espacio de baja dimensión para su interpretación. En particular, se trata de la proyección de una o dos dimensiones del comportamiento de un grupo político específico en votaciones regulares, en este caso, nuestros convencionales constituyentes.
De acuerdo a si las y los convencionales votan a favor, en contra, o se abstienen en las distintas votaciones en que han participado a lo largo del funcionamiento del foro, obtienen un puntaje entre -1 y 1, lo que los posiciona en el espacio. Quienes votan de manera similar quedan entonces situados más cerca en la distribución; al diferenciarse en sus votaciones, se alejan.
En la política democrática contemporánea, la diferencia primeramente observable en los patrones de voto es la distinción entre izquierda y derecha (demócratas y republicanos en la política norteamericana, progresistas y liberales en otras partes del mundo). Esta diferencia explica la mayor parte de los resultados que se obtienen (un 86% en el caso de la Convención Constitucional). Esta diferencia se sitúa en el eje X (horizontal), de modo de obtener una visualización rápida, clara y fácilmente comprensible de ella. A pesar de la pérdida de información y con fines meramente ilustrativos, en ocasiones es preferible observar únicamente esta distribución izquierda/derecha, de modo de identificar el posicionamiento de los miembros de un foro político con una mirada intuitiva universalmente conocida.
Pero el algoritmo nominate arroja varias dimensiones más con distintos pesos. Estas otras dimensiones derivan, tanto como la primera, del comportamiento en votaciones. En las votaciones de la Convención Constitucional, la segunda dimensión con mayor peso generalmente arroja un valor entre 4% y 5% (las demás tienen resultados menores). No siempre esta dimensión es claramente interpretable. Una forma de hacerlo es por medio de la identificación descriptiva de las votaciones con más peso en la segunda dimensión. Sin embargo, en algunos casos puede ser más ilustrativo identificar el comportamiento a la luz del contexto general de los posicionamientos en un foro político. Lo importante, en definitiva, es cómo se construye una interpretación plausible de los datos.
En base a lo anterior, se asume que las y los convencionales situados a la izquierda del 0 en el eje X (horizontal) tienen una posición política «de izquierda», y quienes se posicionan a la derecha del 0, tienen una posición política «de derecha». Asimismo, las y los convencionales situados sobre el 0 en el eje Y (vertical) responden a un comportamiento que hay que identificar en cada caso, y los situados bajo el 0 se caracterizan por un comportamiento distinto. Por tanto, siempre hay que tener en mente que la posición, sea en el eje X o Y, es relativa a las votaciones consideradas y al comportamiento de los votantes en general. Es siempre ciertamente más difícil que alguien que ha quedado regularmente posicionado en la izquierda del eje X pase a la derecha en votaciones posteriores, pero considerando la dinámica de la Convención Constitucional, pueden producirse desplazamientos hacia la izquierda o la derecha cuando se comparan períodos, por ejemplo, la etapa reglamentaria desde el 4 de julio 2021 con la etapa sustantiva desde el 15 de febrero de 2022 en adelante (Rozas, Henríquez y Mascareño 2022).
Estos desplazamientos indican reacciones a votaciones. Por ejemplo, cuando el pleno rechaza masivamente el informe de Sistema Político, o cuando convencionales situados a la derecha o la izquierda votan conjuntamente una norma, ello tiende a acercar a los miembros del foro, pero puesto que se consideran 1.825 votaciones en total, el peso de votaciones anteriores persiste. Entonces, puede suceder que convencionales situados a la izquierda se muevan tenuemente a la derecha, y los situados a la derecha tienden a permanecer en sus posiciones porque el comportamiento de rechazo a normas que antes convencionales situados a la izquierda habían aprobado, hace que la diferencia persista, o que incluso se incremente en base a la divergencia en el comportamiento de las votaciones sobre otras normas. Estos movimientos son los que hemos capturado en nuestra visualización interactiva Desplazamientos políticos en la Convención Constitucional (Rozas, Henríquez y Mascareño 2022).
Con todo, el algoritmo nominate permite una aproximación detallada a la dinámica política de un foro determinado. Siempre hay que tener en mente que se trata de posicionamientos relativos a las votaciones y que la interpretación debe considerar el contexto político del foro y, en distintos sentidos, el contexto social en el que ese foro opera. Dicho de otro modo, un score no es directamente una ideología política. Bajo consideración de ello, lo que el nominate permite es una mirada a comportamientos políticos, así como la elaboración de conjeturas y refutaciones sobre la base de observables.
3. Una imagen del pleno: réplicas y epicentro
Teniendo en cuenta el total de votaciones, la distribución de las y los convencionales es la que se muestra en la Figura 1.
El eje horizontal (eje X) señala la distribución entre izquierda (-1.0 a 0) y derecha (0 a 1.0) de las y los convencionales. Este eje cubre el 86% de la varianza. El eje vertical (eje Y) produce una diferenciación de interés. Especialmente entre -0,5 y -1.0 observamos agrupados al Frente Amplio (verde) y el Colectivo Socialista (anaranjado), y algo más arriba (entre -0.5 y -2.5) se sitúa Independientes No Neutrales. Sobre -2.5 hasta cerca de 0.6 del eje Y, se sitúan todos los demás colectivos. Este eje explica el 4,8% de la varianza. Como lo anticipamos, esto es poco, pero la diferencia puede ser interpretable conociendo el contexto político de la Convención.
Al eje Y lo hemos denominado oscilación/convicción. Una primera apreciación es que los colectivos situados en la sección superior del gráfico se observan, en general, más comprometidos con sus posiciones en la izquierda, el centro o la derecha, mientras que desde -2.5 hasta -1.0, se muestran también cohesionados, pero posicionados más hacia el centro. De especial interés son el Frente Amplio y el Colectivo Socialista. Estos grupos parecen ser los que, de algún modo, están conduciendo el proceso en el momento: el Colectivo Socialista empujando la distribución hacia el centro y el Frente Amplio haciendo lo propio con una tendencia más hacia la izquierda. Se puede decir que la sala de máquinas de la Convención está actualmente en la oscilación (y a la vez, la bifurcación) que esos grupos imprimen al pleno.
Dicho de otro modo, el eje Y parece separar a quienes ya están seguros de su orientación (convicción) y a quienes pueden aún moverse hacia el centro o hacia la izquierda (oscilación). Por cierto, esto no significa que el Frente Amplio y el Colectivo socialista no tengan ‘convicción’ en sus posiciones, sino que son los que disputan la posibilidad de inclinar la balanza hacia el centro o hacia la izquierda. En este sentido, hacen oscilar la Convención en estas direcciones.
En la derecha, la situación es clara. Existen dos grupos, uno en el extremo derecho de alta ‘convicción’ (entre Alfredo Moreno y Ruth Hurtado) y otro más cercano al centro (entre Bernardo De la Maza y Luis Mayol). Si el primer grupo está más a la derecha, es porque en su conducta de votación difiere más recurrentemente de la izquierda: rechaza lo que los otros aprueban, o aprueba lo que aquellos rechazan. A este grupo se le puede denominar derecha dura (desde Alfredo Moreno hasta Ruth Hurtado, la convencional más a la derecha de la distribución general). El segundo grupo de derecha difiere en su conducta de voto en menos oportunidades con la izquierda, pero por cierto comparte más con el otro grupo de derecha que con la izquierda en general. A este segundo grupo de derecha se le puede denominar centroderecha (desde Bernardo de la Maza hasta Luis Mayol). Interesante es que, cualitativamente, esta centroderecha aparece en una posición equidistante entre la derecha más dura y el grupo al centro de la imagen (anaranjado), el Colectivo del Apruebo, compuesto entre otros por Felipe Harboe, Agustín Squella y Fuan Chaín. Entendido de otro modo, ex Concertación y centroderecha tienen una relativa afinidad reflejada en sus votaciones. Si se consideran, además, a algunos de los miembros del Colectivo Socialista cuya posición en el eje X se entremezcla con las posiciones del Colectivo del Apruebo o que están cercanos a este (se puede considerar desde las posiciones que ahora ocupan Patricio Fernández hasta Andrés Cruz), es posible decir que hasta ahí llega la política que conocimos en Chile en décadas recientes. Salvo por el Partido Comunista, todo lo que está a la izquierda es nuevo.
En la izquierda dura, por su parte, situada entre Isabel Godoy (Pueblos originarios) y Bessy Gallardo (Partido Comunista + FRVS), se ubican varios colectivos. Por lo pronto, los Pueblos originarios. Ellos aparecen concentrados cuando se observa el eje X, pero con dispersión según el eje Y. Con este grupo sucede algo similar a lo que acontece con la derecha: se divide en dos. En un grupo están desde Isabel Godoy (-0,91) hasta Francisca Linconao (-0,87); en el otro, desde Félix Galleguillos (-0,83) hasta Elisa Loncon (-0,71) (ver Rozas, Henríquez y Mascareño 2022, 1, filtro Pueblos indígenas). Cuando se los considera según el eje Y, Isabella Mamani y Fernando Tirado hacen de vínculo entre los dos grupos. Estas figuras de nexo entre grupos no aparecen en la derecha.
Llamativa es la alta cohesión de la Coordinadora Constituyente Plurinacional y Popular (café). Sus miembros (Manuel Woldarsky, Giovanna Grandón, María Rivera, entre otros) tienen un promedio nominate de -0,87 (eje X), y están en el extremo superior de lo que hemos denominado ‘convicción’. El Partido Comunista también se ubica en este sector. Aunque tiene una dispersión mayor que la Coordinadora, no se alcanza a dividir en dos grupos como Pueblos originarios o la derecha. Pueblo Constituyente (lila) también se muestra en esta zona, así como los Movimientos Sociales Constituyentes (turquesa), quienes exhiben una fuerte cohesión. Hasta ahí la izquierda dura. Son alrededor de 60 convencionales, en buena parte compuesta por lo que en otro lugar hemos denominado izquierda decolonial (Mascareño 2022).
Más abajo en el eje Y se ubica Independientes No Neutrales (verde claro), desde Juan José Martin (-0,62) hasta convencionales como Helmuth Martínez, Patricia Politzer y Tammy Pustilnick (los tres con -0,38). Este grupo (de promedio -0,46) se sitúa más la derecha que el Frente Amplio (promedio -0,56) y más a la izquierda que el Colectivo Socialista (promedio -0,40). Según nuestra interpretación del eje Y, Independientes No Neutrales es más bien un replicador de las propuestas de la izquierda dura y del Frente Amplio, actúa como una caja de resonancia de ellos. No disputa directamente la conducción del pleno con el Colectivo Socialista, como sí lo hace el Frente Amplio. Su función es más bien la de un acompañamiento predecible. Es probable que esto se deba a que se trata de un colectivo sin orgánica partidaria, sin una tradición de aprendizaje en la conducción y negociación en foros políticos representativos, y sin un correlato externo en el gobierno o en el parlamento que ofrezca un panorama general de las oportunidades y consecuencias políticas de largo plazo y amplio alcance de una decisión u otra. Independientes No Neutrales solo puede mirarse a sí mismo.
Distinta es la situación del Frente Amplio y del Colectivo Socialista, quienes, con historias diferentes, sí tienen todos esos elementos. El epicentro de la Convención está en ellos. El primero tiene una tendencia hacia la izquierda, el segundo se mantiene prácticamente en el centro relativo, pero ambos disputan la conducción del proceso. La ilustración más reciente de las tensiones en esta relación es la imposibilidad de ofrecer un informe de Sistema Político coherente al pleno, el que terminó rechazándose casi en su totalidad. Pero la tensión se remonta al período de confección del reglamento de la Convención. Durante aquel periodo, el Frente Amplio y el Colectivo Socialista conformaron una alianza con posibilidades de conducción del proceso que se situaba en el centro relativo de la Convención. Muestra de esto fue la ratificación del quórum de 2/3 por parte de ambos conglomerados, aún cuando parte importante de la izquierda se inclinaba por la regla de mayoría. La alianza, no obstante, se vio tensionada en la elección de la nueva mesa directiva, antes del inicio de la etapa de discusión sustantiva de normas. En ella, ambas agrupaciones no lograron consolidar candidatos propios y terminaron apoyando opciones distintas.
A lo anterior también se suman roces fuera de la Convención, como los producidos en las primarias legales de 2021 (ADN Radio 2021), y más recientemente en la crítica de senadores del Partido Socialista por la suma urgencia puesta por el gobierno al proyecto de indulto de los presos del estallido, lo que pondría en riesgo su aprobación por falta de una conversación previa con la oposición (La Segunda 2022).
En la Convención, la izquierda tradicional más la izquierda dura suman 110 convencionales (descontando de ellas a la centroizquierda del Colectivo del Apruebo). Los dos tercios se obtienen con 103 convencionales. Sin el Colectivo Socialista, con 16 convencionales, la izquierda suma 94 votos. Es decir, con la mitad más uno de ellos (9) se obtienen los dos tercios. Si se observa este grupo en la distribución nominate del eje X, se aprecia que existen 7 convencionales situados hacia el vértice derecho (entre el puntaje -0,33 y el -0,21). Estos son César Valenzuela, Pedro Muñoz, Patricio Fernández, Ricardo Montero, Tomás Laibe, Maximiliano Hurtado y Andrés Cruz. Más a la izquierda de este grupo se encuentran María Castillo (-0,39), Matías Orellana (-0,42) y Carlos Calvo (-0,43). Luego están los demás miembros del Colectivo Socialista hasta Malucha Pinto (-0,63), la convencional más a la izquierda de este grupo.
Por su parte, el Frente Amplio tiene 17 convencionales. Christian Viera (-0,42) y Fernando Atria (-0,44) son quienes se ubican más a la derecha. De acuerdo con su comportamiento en votaciones, ellos constituyen la zona de contacto con convencionales del Colectivo Socialista. Pero el Frente Amplio en general -Constanza Schönhaut (-0,56), Beatriz Sánchez (-0,55), Jaime Bassa (-0,54), entre otros– se ve cohesionado, como se aprecia en la Figura 1. Ocupa un nicho delimitado en el espacio, incluso menor al que muestran el Colectivo Socialista e Independientes No Neutrales. Esto significa que sus votaciones han sido regularmente similares y consistentes.
En definitiva, sobre estos dos últimos grupos recae la posibilidad de movimiento del pleno hacia la izquierda o hacia el centro. Esto no hace a los demás grupos irrelevantes, pero sí les atribuye un rol menos protagónico y, en distintos sentidos, más dependiente de las réplicas de álgido epicentro conformado por el Frente Amplio y el Colectivo Socialista.
4. Conclusiones
Aunque no tan líquida como la forma del agua, la forma del pleno tiene también sus movimientos y posicionamientos ya más o menos claros, después de casi nueve meses de funcionamiento. Una derecha separada en dos grupos, varios movimientos inéditos en la política nacional situados a la izquierda, y una disputa política –principalmente entre el Frente Amplio y el Colectivo Socialista– por impulsar un desplazamiento hacia la izquierda o hacia el centro en votaciones clave. Algunas conclusiones pueden derivarse de esto.
Primero, en un foro político todas las posiciones contribuyen a estructurar la dinámica emergente que adopta este. Por medio del análisis de sus reiteradas votaciones es posible obtener una imagen de su forma de manera inductiva. El algoritmo nominate, ampliamente usado en la literatura, contribuye a ello. Sin embargo, sus puntajes cuantitativamente definidos deben también ser combinados con un análisis cualitativo que considere el entorno sociopolítico del foro. Sobre esta base, la Convención Constitucional chilena muestra importantes rasgos que también se reflejan en el momento de la política nacional, como las tensiones en la derecha, la tensión entre el Frente Amplio y el Partido Socialista, y la preponderancia que adquieren los movimientos sociales y los pueblos originarios en el nuevo escenario. En la Convención estas dinámicas son ya visibles. Esto permite advertir que existe una correlación entre el trabajo de la Convención y la política nacional, más allá de las pretensiones de no intervención que se levantan recurrentemente tanto desde la propia Convención, desde el gobierno, como desde otros sectores.
Segundo, una particularidad interesante del momento actual de la política de la Convención es que, cuando se observa la imagen general del pleno, saltan a la vista grupos fragmentados, pero con un nivel más bien alto de cohesión interna. Atrás quedaron los tiempos de los tres tercios, o de una división clara entre un tipo de derecha y un tipo de izquierda. Hoy, la derecha se divide en dos grupos, y toda la izquierda (incluida la centroizquierda) se separa en diez grupos. En todo caso, esta es una tendencia general de la política democrática contemporánea, donde se intersectan preferencias políticas, estilos de vida e identidades socioculturales. Ello eleva niveles de representación, pero a la vez introduce nuevos problemas, pues se incrementan las exigencias para el establecimiento de acuerdos entre nuevos grupos que carecen de una tradición política de negociación en foros de democracia representativa. La tendencia en estos grupos es más bien la de circunscribirse a sus propias convicciones y a reforzar su práctica política desde ahí.
Tercero, por lo anterior, cada grupo es para sí mismo fuertemente cohesionado. En la distribución ofrecida en la Figura 1, la mayoría de ellos se muestra unido, esto es, aparecen regularmente juntos en la distribución en un nicho más o menos acotado. Incluso esta cohesión se aprecia en la separación de la derecha en dos grupos: ambos ocupan un espacio propio, con límites identificables. No hay duda de que las derechas tienen afinidades entre sí, pero es claro que hay estrategias de votación distintas, lo que hace incluso que el grupo de centroderecha muestre cercanía con la centroizquierda del Colectivo del Apruebo. La mayor dispersión de colectivos se produce en el sector de la izquierda más dura. Aunque esto es efectivamente visible, ese grupo en general es cohesionado, con independencia de los colectivos a los que pertenezcan. Justamente ahí ha radicado su fuerza al interior de la Convención. Una investigación futura de interés, y de carácter más bien cualitativo, consiste en determinar cuánta influencia ha tenido esa cohesión de los colectivos de la izquierda en sectores más constituidos políticamente de la Convención como justamente son el Frente Amplio y el Colectivo Socialista.
Finalmente, derivado de esta fragmentación general y cohesión interna de grupos políticos, es posible hacerse la pregunta por la relevancia que tiene la existencia de partidos políticos constituidos tras los movimientos. Los partidos aportan experiencia en la articulación política de foros democráticos, ofrecen un panorama amplio y temporalmente extendido de las decisiones que se tomen, y por tanto procesan los riesgos involucrados con una mayor visión de conjunto. Por el contrario, los movimientos están más concentrados en sí mismos y sujetos a su propia autoimagen. En general, los colectivos que se sitúan hacia el centro relativo de la Convención tienen un sustento en partidos políticos. Ello aporta una perspectiva más institucionalista. La limitación de Independientes No Neutrales para tener un rol más protagónico y de conducción del pleno, como el que muestran el Frente Amplio y el Colectivo Socialista, puede asociarse a esta falta de correlato en un partido político institucional que aporte experiencia, aprendizaje y visión de conjunto. De todos modos, esta es una pregunta que queda abierta a mayor investigación, y también a los resultados de la práctica política de la Convención Constitucional.
Referencias
ADN Radio 2021. PS no se inscribió en las primarias legales: ‘No se humilla al partido de Salvador Allende’. ADN Radio, 20 de mayo. Disponible en: https://www.adnradio.cl/politica/2021/05/19/ps-no-se-inscribio-en-las-primarias-legales-no-se-humilla-al-partido-de-salvador-allende.html [22 de marzo 2022].
Bensel, R. 2016. Lost in Translation: An Epistemological Exploration of the Relation between Historical Analysis and the NOMINATE Algorithm. Studies in American Political Development 30(2), 185-201. DOI:10.1017/S0898588X16000122.
Clinton, J.D. and Jackman, S. 2009. To Simulate or NOMINATE? Legislative Studies Quarterly 34, 593-621. DOI: https://doi.org/10.3162/036298009789869691.
Hix, S. 2002. Parliamentary Behavior with Two Principals: Preferences, Parties, and Voting in the European Parliament. American Journal of Political Science 46(3), 688-698. DOI: https://doi.org/10.2307/3088408.
La Segunda 2022. Proyecto de amnistía provoca molestia general con Jackson. La Segunda, 22 de marzo, 4-5. Disponible en: https://digital.lasegunda.com/2022/03/22/A [22 de marzo 2022].
Mascareño, A. 2022. Abandonar la modernidad. Discurso y praxis decolonial en la Convención Constitucional chilena. Puntos de Referencia 598, Centro de Estudios Públicos.
Poole, K.T. y Rosenthal, H. 1985. A Spatial Model for Legislative Roll Call Analysis. American Journal of Political Science 29(2), 357-384. DOI: https://doi.org/10.2307/2111172.
Rosenthal, H. 1992. The Unidimensional Congress Is Not the Result of Selective Gatekeeping. American Journal of Political Science 36(1), 31-35. DOI: https://doi.org/10.2307/2111422.
Rozas, J., Henríquez, P.A. y Mascareño, A. 2022. Desplazamientos políticos en la Convención Constitucional: el segundo tiempo. C22, Centro de Estudios Públicos. Disponible en: https://c22cepchile.cl/analisis/desplazamientos-politicos/ [22 de marzo 2022].
Ruz, G.A., Henríquez, P.A. y Mascareño, A. 2022. Bayesian Constitutionalization: Twitter Sentiment Analysis of the Chilean Constitutional Process through Bayesian Network Classifiers. Mathematics 10, 166. DOI: https://doi.org/10.3390/math10020166.